La glosodinia o síndrome de la boca ardiente es una
condición poco común que se caracteriza por dolor y picazón de la mucosa de la
cavidad oral, sin ningún otro tipo de clínica o de lesiones a las que se pueda
atribuir. Puede presentarse en cualquier zona de la cavidad orofaríngea, como
paladar, faringe, laringe, encías, labios… pero es mucho más común en la
lengua.
Su etiología es desconocida actualmente, aunque se asocia a situaciones de estrés, ansiedad, depresión y ciertos trastornos en la alimentación. También se cree que los desequilibrios hormonales pueden propiciar su aparición.
Su prevalencia es muy baja y variable, hasta un máximo de un
20% de toda la población general y es mucho más frecuente en mujeres de edad media,
entre los 50 y 60 años, pre o postmenopáusicas.
Su cuadro clínico se caracteriza por la presencia de los
siguientes signos y síntomas:
·
Ardor y dolor de la mucosa oral.
·
Inflamación y eritema de la misma
·
Hormigueo
·
Xerostomía o boca seca
·
Halitosis o mal aliento
·
Hipogeusia o disgeusia: disminución o falta
completa del gusto
·
Lengua reseca
·
Endurecimiento del paladar
·
Labios secos y cortados
·
Lengua geográfica
El diagnóstico se basa en la presencia del cuadro clínico
anterior junto con diversos problemas psicológicos como la ansiedad o el estrés,
además de la presencia de algún proceso inflamatorio agudo o crónico.
El tratamiento es muy complejo y debe ser individualizado en
cada caso. Se clasifica en tratamiento local o sistémico.
·
Medidas locales:
o
Buena higiene de la cavidad oral, cepillado 3
veces al día, con enjuague e hilo dental.
o
Evitar el alcohol, el tabaco y las comidas o
bebidas ácidas o picantes.
o
Sustitutivos salivares, para corregir la
xerostomía
o
Masticar chicles sin azúcar
o Uso de fármacos como pomadas tópicas o
colutorios antiinflamatorios, como la clorhexidina o antihistamínicos como el clorhidrato
de difenhidramina.
·
Medidas sistémicas:
o
Terapia psicológica, cognitivo-conductual o
ansiolíticos para la ansiedad y el estrés.
o Tratamiento con fármacos antidepresivos como la
paroxetina, sertralina, fluoxetina o tranilcipromina.
o
Suplementos vitamínicos con hierro, magnesio,
zinc y vitamina D.
o
Terapia con láser diodo para el control del
dolor y la inflamación